jueves, 21 de junio de 2007

Loc@s por las compras

Este finde, en el suplemento de El País del domingo, venía un reportaje muy interesante sobre los adictos a las compras. Como más de una vez mi madre/padre/novio/amiga/compañeros de trabajo han bromeado conmigo sobre ese tema, empecé a leerlo con una mezcla de curiosidad y miedo (por ver si realmente lo mío es patológico).

Realmente los casos que recogían en el reportaje eran de psicólogo. Gente que compra sin ton ni son de todo, se endeuda hasta las cejas, pide dinero prestado a sus amigos... Y que además lo hacen como compensación a estados de ánimo, cambios de peso, ... Según los estudios, en España 400.000 personas sufren este trastorno, y se estima que un 90% son mujeres.



Lo que me hizo más gracia fue un estudio neurológico en el que a un grupo de personas los sometían a estímulos visualizando distintos productos, y al parecer, cuando vemos algo que nos gusta, se nos enciende una lucecita en el cerebro, ligada a los circuitos de recompensa. Una lucecita que se nos apaga cuando vemos que el precio del producto es excesivo, originando otro proceso neuronal que lo compensa (serán los remordimientos?). Pero que con los más caprichosos, para los que el placer por adquirir algo es superior a la sensación desagradable de gastar dinero, la lucecita sigue encendida...

Ayy a veces creo que yo tengo un cortocircuito, porque la luz tarda en que se me apague, jeje

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese estudio neurológico no me convence. Además no explica por qué unas veces te apetecen unos pitillos y otras unos boyfriend jeans.

Espero que aprovecharas el artículo para demostrar que realmente no compras tanto como ellos piensan, porque lo de esa gente sí que es adicción, como la de la adorable protagonista de los libros Loca por las Compras ;)

Ana García Ordóñez dijo...

mi tia sufre esta enfermedad, creemos que la hemos cogido a tiempo aunque ahora mismo no sabríamos decir la cantidad de dinero que debe entre cofidis, tarjeta corte ingles, cortefiel, prestamo personal bancario, amigos, familiares... realmente es un problema y muy duro.

Ahora está en proyecto hombre, en un plan muy estricto, hasta que pase un buen tiempo no podrá llevar encima más que las llaves, nada de complementos (bolsos, collares, pendientes, anillos, movil...) por supuesto nada de llevar dinero encima!! y no puede estar sola ni un minuto al día, ha tenido que darse de baja por depresión en el trabajo.

creo que me ha hecho reflexionar un poco, y he parado el ritmo frenético de compras, ya tengo suficiente de todo!

Muakisssss

Anónimo dijo...

Hey si si existe eso de la adiccion a las compras para compensar ciertos vacios en tu vida.. cuando rompes con el novio lo primero que haces para deskitar esa ira tristeza deprecion que tienes combiandas todas juntas en una mezcla rara de snetimiento te vas de super shopping!!! ahh compritas compritas!!! sientes el remordimiento de consiencia cuando sales de las tiendas con miles de bolsas y te das cuenta que gastaaste de mas.. pero Dios Dios Dios que hermoso se siente cargar esas bolsas... No hay anda mas gratificante que salir de una tienda con esa bolsa maravillosa que kerias... .. saluditos desde mexico... Muack!!!

Cloe dijo...

La verdad que no hay nada más reconfortante cuando tienes un momento de blues que comprarte algún capricho, aunque no lo necesites, pienso que es para llenar el vacio que tienes, lo malo cuando se vuelve una obsesión.

Muy bueno tu blog, me encanta.

Bexos

Anónimo dijo...

Había leído maravillas de este blog y no me ha defraudado, te acabo de apuntar en favoritos.

Ah, y vengo de forodestierro jajajajaja.

Besos.

Miguel Ángel Ángeles dijo...

creo que si tengo un problema. compro de todo.

mis tarjetas sangran.

mmmmmmm

pero es divertido.

abrazo.

BACCI dijo...

Bueno, siempre q no se llegue al problema creo q todas merecemos de vez en cuando un caprichillo (ya sabemos lo q nos podemos permitir y lo que no).

María dijo...

Frivolizo mucho con el tema, porque soy de las que asegura que, cuando un mal día termina, lo mejor es comprarte unos zapatos y comerte medio litro de helado de vainilla con Cokies de Haggën Däsz, pero lo cierto es que las adicciones son problemas muy serios.

Hay que distinguir entre el "comprador caprichoso", aquel que, en un mal día, se compra un bolso o unos zapatos, y el "comprador compulsivo", ese que no puede vivir sin comprar algo, que no mira el precio... que no tiene opción de apagar la lucecita, vamos.

Deluxe dijo...

Sí, yo estoy de acuerdo, con María, una cosa es ser caprichosa y otra la compulsión. Yo leí el reportaje y decía de estas personas tienen los armarios llenos de ropa que nunca llegan a estrenar. Seguro que vosotras no teneís la ropa sin estrenar en los armarios.